La transformación que vive el mundo empresarial con las nuevas tecnologías y recursos digitales es imparable, desde los nuevos negocios hasta los sectores más tradicionales como es la Mineria. En este contexto la gestión de la reputación y la confianza no solo se vuelve crucial, sino que también supone un gran reto para los nuevos modelos de negocio colaborativos. Sin embargo, existe un alto porcentaje de la sociedad y los clientes que no tienen confianza en la gran empresa.
Las organizaciones y la sociedad navegan cada día en un contexto en el que predomina la falta de confianza y la incertidumbre generalizada. Por ello, generar entornos de autenticidad y compromiso con los grupos de interés se ha convertido en una herramienta vital. Al mismo tiempo, vivimos en una nueva era de transparencia, potenciada por la accesibilidad a la información que ofrecen las nuevas tecnologías y canales de información. Esto supone que ya no existen excusas para una comunicación prácticamente constante con todos los grupos de interés.
En los últimos años, el foco se ha puesto en la importancia de mantener relaciones estables y bidireccionales en las que predominara el diálogo y la escucha activa. Estos valores continúan siendo fundamentales, pero ya no son suficientes. Para conseguir despertar y, especialmente, mantener el interés de los stakeholders es clave responder a sus necesidades y expectativas. Así, cada vez más organizaciones están apostando por involucrar a los grupos de interés e integrar sus preocupaciones sociales y ambientales en las estrategias de las organizaciones.
Los modelos de negocio digitales basados en la colaboración están diversificándose de múltiples maneras, en las que el enfoque de economía colaborativa se desplaza más hacia la eficiencia transaccional, y provoca una revolución en sectores tradicionales como el transporte, los viajes, la compraventa o el alojamiento, tal como lo ha demostrado Uber y Airbnb.
Estas nuevas economías y modelos basados en plataformas digitales impactan en el desarrollo socioeconómico y en la sostenibilidad, así como en la propia forma de comprender y gestionar los activos y recursos intangibles como la marca o la reputación, que representa entre el 50% al 80% del valor intangible en las empresas.
Las plataformas digitales han democratizado muchas estructuras, pero muchos aseguran que es necesario revertir los monopolios que han creado, especialmente con los cambios de la Web 3.0. Sin embargo, en la era digital la confianza es la nueva moneda de cambio. Si queremos beneficiarnos de este recurso, debemos comprender la mecánica de cómo la confianza se construye, gestiona y se deteriora en este nuevo contexto global y de sostenibilidad.
Por Alberto Guajardo